JMJ Lisboa: el eco de una llamada que ahora se vuelve legado

Hoy, mientras el mundo entero despide al Papa Francisco, nosotros —que tuvimos la gracia de mirarlo y escuchar su voz— no podemos quedarnos igual. Algo de él quedó en nosotros. Y hoy su partida nos compromete.

Esta es una memoria agradecida de lo que vivimos en Lisboa… y lo que ahora estamos llamados a continuar.

Miércoles 2 de agosto

Lisboa se llenó de banderas, de rostros jóvenes, de alegría.
Los peregrinos llegaron como ríos a un mar de fe. Y en el centro de todo, el Papa Francisco.
Lisboa se volvió capital del mundo durante unos días…

Jueves 3 de agosto – Ceremonia de Acogida

Nuestro primer encuentro real con la Jornada.
La ciudad era una fiesta de naciones. El mundo cantaba a una sola voz.

A un lado del Monasterio de los Jerónimos, la Ciudad de la Alegría nos recordó que hay mil caminos para seguir a Cristo.
Y justo al lado, el Parque del Perdón —silencioso y profundo— nos mostraba que la verdadera alegría nace del alma reconciliada.

El Papa nos dijo:

  • “No estamos aquí por casualidad.”

  • “Dios nos llama por nuestro nombre. No por el tag de redes sociales, sino por nuestro verdadero nombre.”

  • “En la Iglesia cabemos todos. ¡Todos, todos, todos!”

Ese día fuimos aprox. 400 mil.

Viernes 4 de agosto – Vía Crucis

Más de 800 mil corazones. Y el nuestro, entre ellos.

Fue un Viacrucis de las heridas reales: ansiedad, adicciones, redes, pobreza, soledad…
Jesús recorría las estaciones de nuestra generación.
Y al final, moría en la cruz para que tu alma —sí, la tuya— volviera a sonreír.

Aquí puedes revivirlo:
https://www.lisboa2023.org/es/via-crucis

Sábado 5 de agosto – Vigilia

Más de un millón de jóvenes. Caminando. Cantando. Cansados.
Como tú. Como yo.
Y en medio de esa multitud, una certeza: somos parte de algo grande.

Dormimos bajo las estrellas, pero antes, escuchamos al Papa hablar como un padre después de exponer el Santísimo en un momento de intimidad con Cristo.

Nos dijo:

  • “No importa cuántas veces caigas, levántate.”

  • “La única razón para mirar a alguien desde arriba… es para ayudarle a levantarse.”

  • “La vida se entrena. Y tú estás en entrenamiento.”

Nos hablaba como si nos conociera. Como si supiera de nuestras luchas, dudas, y sueños.

Domingo 6 de agosto – Misa de Envío

Despertamos con un padre DJ (que aún recordamos), pero sobre todo con un fuego en el corazón.

Tres verbos del Papa que nos marcan:

🔸 Resplandecer – Porque Jesús es luz, y nosotros debemos serlo.
🔸 Escuchar – Porque su voz está viva en el Evangelio, y necesitamos silenciar el ruido.
🔸 No tener miedo – Porque el mundo necesita jóvenes con agallas, con corazón, con propósito.

Un cierre, un inicio

Más de 1.5 millones de personas.
Jóvenes de todos los países del mundo
Una Jornada única. Inolvidable. Irrepetible.

Pero no terminó ahí. Empieza ahora.

¿Y ahora qué?

Si estuviste ahí, tienes una responsabilidad.
Si escuchaste al Papa, tienes una misión.
Si sentiste que Dios te llamó por tu nombre, no te escondas.


Te toca llevar esa luz a otros.
Te toca entrenarte en la vida y no tener miedo de ser distinto.

Y si un día dudas, recuerda lo que vimos con nuestros propios ojos:

Francisco —un hombre anciano, cansado, con dolores visibles e invisibles— nos dijo:
"Vale la pena entregarlo todo por Cristo. Él nunca falla."

Hoy, con su partida, sus palabras resuenan con más fuerza.
No lo dejemos solo en la historia.
Hagámoslo parte de nuestra vida.

Gracias, Papa Francisco. Tu alegría será nuestra bandera. Tu voz, nuestro eco. Tu misión, nuestra respuesta.