Para meditar:
María, hoy te miramos no desde lo ideal, sino desde lo real. Tú creíste sin entenderlo todo. Dijiste “sí” sin tener el mapa completo. Huíste, esperaste, callaste, confiaste. Tu fe no fue de palabras bonitas, fue de pasos concretos.
Nosotros muchas veces decimos que creemos… pero nos cuesta sostener ese “sí” cuando llegan el cansancio, la duda, la repetición, lo que no brilla. Tú no solo dijiste fiat, lo viviste en lo escondido, en lo ordinario, en lo que nadie aplaude.
Hoy te pedimos una fe así: una fe que no se rinda cuando no ve, una fe que siga cuando duela, una fe que se note más en lo que hacemos que en lo que decimos.
María, enséñanos a creer de verdad.
Para vivir:
Hoy regálale a Dios al menos 5 minutos de silencio real en presencia suya.Sin distracciones. Solo para estar… y escuchar.
¿A qué hora concreta de hoy voy a cumplir este silencio?